El chimpancé se encuentra muy amenazado en su hábitat natural y es por ello una especie considerada en peligro de extinción. En cautividad, sin embargo, hay abundancia de ejemplares, y por eso no es una especie que participe en programas conservacionistas tan exhaustivos como los de especies con poblaciones más escasas.
Así todo, se guarda un registro de todos los individuos en un inventario internacional llamado European Studbook (ESB). Cada nacimiento y cada defunción son documentados y monitorizados, de manera que en todo momento se puede saber, de forma actual y a nivel global, cuántos chimpancés hay y dónde se encuentran. En el caso de que la población de chimpancés empezara a disminuir, este control permitiría la puesta en marcha inmediata de proyectos de reproducción y conservación con los ejemplares existentes.