Esta carismática mangosta es uno de los animales más populares y cautivadores del continente africano. Tiene el cuerpo largo y esbelto, su altura es de entre 25 y 35 centímetros. La forma de la cabeza es cónica, redondeada en la parte posterior y con la nariz en punta. Las garras de los miembros anteriores están adaptadas para
excavar. Una suricata puede escarbar una cantidad de arena equivalente al peso de su cuerpo en solo minutos.

Son animales sociales, viven en colonias y construyen grandes y complejas redes subterráneas de unos 7cm de diámetro, que suelen abandonar por las mañanas con los primeros rayos de sol.

Una vez que están todos fuera, se dispersan para buscar alimento, pero en ningún momento pierden entre sí el contacto visual o auditivo.

En cada grupo, el macho y la hembra dominantes son normalmente los únicos que procrean, si bien a veces algunas hembras subordinadas también se reproducen. Las suricatas crían de forma cooperativa, lo cual quiere decir que individuos que no tienen crías ayudan a los que sí las tienen.

Las suricatas han cobrado gran interés en los últimos años en nuestro país como animal de compañía. Recuerda que animal salvaje y animal doméstico no son lo mismo; son genéticamente diferentes como resultado de millones de años de cría selectiva (en el caso de las especies domésticas), la cual ha producido linajes adaptados y afines al ser humano. Un animal de historia natural salvaje condicionado a vivir en un entorno doméstico no es por ello un animal doméstico. El equipo de RSE ha sido contactado en numerosas ocasiones para hacerse cargo de suricatas procedentes de viviendas particulares. Es relevante tener en cuenta que cualquier animal que no se ha criado en un grupo social de su especie, no ha aprendido los comportamientos propios de esa especie, los cuales le permitirían vivir socializar y desenvolverse en un grupo de su especie; ello hace que sea extremadamente difícil rehabilitar a estos animales e integrarlos en un grupo, Literalmente, no saben cómo «ser suricatas», de manera que sufren estrés y, en la mayoría de casos, no son aceptados por el grupo.

Si deseas adquirir un animal, infórmate a fondo sobre qué animal va a formar parte de tu familia y cuál es la responsabilidad que asumes.