Descrito por Charles Darwin como «un animal elegante, con cuello largo y esbelto, y piernas finas», el guanaco es el miembro de la familia camélida de mayor tamaño de toda Sudamérica, y es el antecesor salvaje de la llama.

Al igual que en otros camélidos, sus piernas terminan en una suela singular almohadillada, y al caminar apoyan solo la punta de las pezuñas. En el caso del guanaco, esta base es movible, lo que le proporciona un mayor agarre al suelo en terrenos rocosos. El guanaco puede vivir en una variedad de hábitats, desde calurosos desiertos hasta zonas húmedas, desde territorios al nivel del mar hasta montañas, a una altitud de 5.000 metros.

Si bien esta especie aún permanece ampliamente distribuida, en la actualidad solo ocupa un 40% de su territorio original y se encuentra fragmentada a menudo en pequeñas poblaciones, aumentando el riesgo de extinciones locales en algunas áreas.