Se reconocen actualmente nueve subespecies de leopardo, y de unas a otras, en sus diferentes regiones, el tamaño varía mucho. El leopardo de Sri Lanka es una subespecie más bien pequeña y tiene una cola muy larga. Las características marcas del leopardo son una composición de manchas negras, comúnmente llamadas rosetas, repartidas por todo su cuerpo. Es posible distinguir individuos si nos fijamos en sus rosetas, ya que cada leopardo tiene su propio estampado.

A excepción del león africano, los grandes felinos son cazadores solitarios y viven de forma aislada, aunque ocasionalmente asociativa, de otros de su especie. Los leopardos cazan sobre todo en el suelo, pero escalan extremadamente bien. A menudo se llevan la presa a lugares más recluidos, incluso las remolcan por los árboles hasta una rama donde pueden comer tranquilamente. Son depredadores predominantemente visuales, si bien también localizan presas por sus sonidos, pues poseen orejas posicionadas hacia delante y con más de 20 músculos encargados de su movimiento.

La lUCN concluyó en su última estimación (2018) que había 776 leopardos de Sri Lanka adultos en su hábitat natural. Han desaparecido de al menos un 63% de lo que históricamente era su rango de distribución.