Trabajo de conservación con el ciervo del Padre David

Los visitantes a Río Safari Elche pueden disfrutar durante estos meses de uno de los procesos naturales más bonitos del año, el crecimiento de los cuernos del ciervo del padre David. La cornamenta de estos animales se cae en noviembre y vuelve a crecer abril. A medida que el animal se va haciendo adulto, sus cuernos presentan más ramificaciones y son más voluminosos. Río Safari acoge en sus instalaciones una familia formada por un macho, dos hembras y una cría de un mes de vida.

El ciervo del Padre David es una especie catalogada por la IUCN (International Union for Conservation of Nature) como “extinto en estado salvaje”. Desapareció de su hábitat natural y su supervivencia ha sido una realidad gracias al trabajo de los parques zoológicos. Río Safari Elche participa así en una labor de conservación que busca la salvaguarda de especies desaparecidos o en riesgo de extinción. Como fruto de esta labor, hace un año fue posible la inserción de 47 ejemplares alrededor del lago Poyang, en China.

Es una especie que mide entre 110 y 120 centímetros y presenta una longitud de unos 185 cm, a los que hay que sumar una cola que puede alcanzar el medio metro. Destaca por su peso, entre 150 y 200 kilos, y su media de edad es de 18 años. Los machos suelen ser más grandes que las hembras. También se caracterizan porque, a diferencia de otros tipos de ciervos, se llevan bien con el agua y son buenos nadadores. Son herbívoros y su dieta se compone de pasto, hojas de arbustos, cañas y plantas acuáticas.

Historia

La historia de este animal es muy bonita y tanto su nombre como su supervivencia se debe al naturalista y misionero francés Armand Davis, que vivió en el siglo XIX. Durante una estancia en China en 1865, observó durante semanas a estos animales en una reserva perteneciente al emperador chino Tongzhi. En ella residían los últimos individuos de esta especie, que había ido perdiendo población progresivamente de las zonas pantanosas chinas de la que era natural. Davis consiguió llevar a Europa pieles, cuernos y huesos de varios ejemplares; lo que despertó un gran interés en el viejo continente, donde la cultura asiática aún quedaba muy lejos.

Varios zoológicos europeos se interesaron por este hallazgo y lograron, tras un largo proceso diplomático, recibir algunos ejemplares. Esta autorización evitó la extinción de la especie, ya que a finales de ese siglo los animales desaparecieron de China como consecuencia de una época de hambrunas y rebeliones populares. Desde entonces han ido desarrollándose en Europa hasta que en 2018 ha sido posible introducir un grupo en el país asiático. Actualmente hay unos 2.000 ejemplares de ciervos del Padre David en el mundo y todos ellos descienden de los pocos que convivían en el jardín imperial hace 125 años.

 

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